Espacio de comunicación con estudiantes de la materia Sociología. CBC Martínez, UBA


lunes, 31 de enero de 2022

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La dominación de los datos y los autos eléctricos

La vanguardia del tecnofeudalismo


Hace dos meses, vecinos de un callejón sin salida de San Francisco --EE.UU.-- se quejaron ante la prensa: una flota de robotaxis polarizados los perturbaba las 24 horas cada 5 minutos, dando una compleja vuelta U al toparse con una casa al final de la calle. Jennifer King declaró: “Me desperté en la noche con un extraño zumbido y pensé que había una nave espacial del otro lado de la ventana”. Eran autos Jaguar eléctricos --rebautizados Waymo-- con cámaras exteriores como en una escena de Blade Runner: no vuelan, pero se manejan solos. Es un servicio gratuito a prueba de Alphabet, o sea Google. Un vocero culpó a la mano invisible del algoritmo: las reglas de tránsito limitan el tráfico en ciertas calles y ese era el atajo más lógico para un auto autónomo.

En el libro Tecnofeudalismo: crítica de la economía digital (La Cebra, 2021) el economista francés Cédric Durand teoriza la hipótesis tecnofeudal: las Big Tech como Google, Amazon, Facebook, Apple y Microsoft más sus equivalentes asiáticas --Europa perdió esta carrera-- nos conducen a un tiempo distópico con lógicas del feudalismo. Las grandes plataformas y entornos digitales serían bienes inmobiliarios desmaterializados, fortalezas “medievales” que colonizan el ciberespacio y crean monopolios depredadores: ganan todo el terreno de su negocio y adquieren a la competencia y empresas complementarias. Apple compró al asistente virtual Siri, Facebook se deglutió Instagram y WhatsApp por US$ 15.000 millones –el valor de sus 450 millones de usuarios-- y Google se devoró YouTube. Todas pugnan por el Santo Grial de la innovación: la recolección de datos del mercado global de consumidores, el valor más cotizado (superior al petróleo).

Desde sus feudos digitales afinan el data minning y el microtargeting. No son pulpos clásicos que se diversifican comprando medios de producción: la economía digital canibaliza datos y produce intangibles. Regresa la lógica feudal de la renta de la tierra (obtención de ganancia sin esfuerzo productivo del dueño). Los usuarios de hoy serían siervos de la gleba, ahora creyendo que la tierra es gratis: el phono-sapiens ara y fertiliza el suelo mientras juega. En la Edad Media, el señor feudal ofrecía al siervo algo de tierra, exigía trabajo y daba protección militar. El campesino tenía un apego fuerte a la tierra: dependía en extremo de ella. Existía cierto margen para irse, pero pocos lo hacían: era incierto el futuro errante en solitario. Los señores tecno-feudales también concentran y apegan a los usuarios en su hacienda impalpable: no es fácil partir de Facebook o WhatsApp, aun cuando la salida esté a tres clics. Lo mismo con Windows, Excel, Word y Google, aunque haya programas alternativos: abandonaríamos el estándar tecnológico.

Sin darnos cuenta, hemos devenido en cautivos digitales con las puertas abiertas para partir: tecno-dependientes en ecosistemas neofeudales. Byung Chul-han lo llama “explotación de la comunicación”. Hoy no somos esclavos. El campesino medieval tampoco lo era. Pero terminamos entregando gratis --a cambio a nutrir el narcicismo-- el commodity central en el tecnofeudalismo del siglo XXI.

Google da gratis a los fabricantes de smartphone el sistema Android para que --por defecto-- el 88% de los usuarios del mundo entren a Internet por Chrome y usen Gmail con su nube digital. Según Durand, cuando Google le adosa a un Jaguar inteligencia artificial, no se trata solo del transporte ni de construir buenos autos: diseñan “torres de datos”, espacios de vida temporal rodante con aspiradoras de información. Partiendo de Google Maps --cuyo negocio es vender publicidad para atraer clientes que ronden una zona-- aspiran a divertir a los pasajeros, una vez que los tengan concentrados allí dentro liberados del volante. Frente a cada asiento, los Waymo tienen una pantalla que se suma al smartphone del que ya nadie se despega: nos entretendrán con YouTube y APPs de Google Play Store. Será el auto como sala de juegos del homo ludens. Google y Facebook son empresas de publicidad: buscan atraer al público hasta volverlo adicto.

Según la socióloga Shoshana Zuboff, el capitalismo de vigilancia ya no se conforma con predecir conductas del homo-digitalis. Ahora lo arrea a control remoto con tecnologías de realidad aumentada: le hace recuperar la calle, smartphone en mano, sin levantar la mirada de la pantalla. Es la lógica del juego gratuito Pokemon Go que agrega objetos virtuales a lo que muestra la cámara-ojo del teléfono: camino la ciudad a la caza de Pokemones hasta una tienda que paga para que me piloteen. Esta técnica manipulatoria de cuerpos fue creada con ese juego por programadores de Google Maps y Street View, pero la empresa no quiso mostrarla como propia. Y desde la firma Niantic Labs agregaron publicidad encubierta de McDonald’s y Starbucks.

Pronto dejaremos de caminar con los dedos al impulso de clics, para volver a usar los pies: el anunciante pagará por cada pisada analógica. Será el regreso del flautista de Amelín: nadie me obliga pero voy feliz. Ya no hay un Big Brother con quien cruzar miradas, sino un Big Other desmaterializado en un apacible mundo gamer de libertad donde incluso se puede ganar dinero. Esa técnica está en prueba. El objetivo es que el Big Data no necesite saber dónde iremos: su sistema de premios y castigos digitales aspira llevarnos allí (que la profecía se autocumpla). Si el diablillo pensado por García Márquez --aquel que “sopla al oído las respuestas devastadoras que no dimos a tiempo”-- nos hablara desde lo hondo de la web, diría: “es gratis porque el producto sos vos”. Para Zuboff “el Big Other ya no amenaza: viene con un capuccino”. Según Byung Chul-han, desaparecen la cámara de tortura de la novela 1984 y la torre central panóptica de la cárcel o la fábrica: el smartphone es un confesionario móvil donde nos miran --porque nos exponemos-- desde todos lados.

El siglo digital es joven y las Big Tech están en la etapa de acumulación primitiva de datos: les falta perfeccionar el procesamiento. Somos conejillos de Indias de algo en ciernes y acaso haya tiempo aun de no naturalizar el capitalismo de vigilancia. Se desconoce hasta qué nivel estas técnicas --reales y nada fantasiosas-- podrían limitar la autonomía individual y social.

John Stuart Mill pensó en el siglo XIX un país donde todas las tierras fuesen de un sólo hombre. Hoy las empresas más cotizadas tienen pocas oficinas y ninguna fábrica. Su “sustancia” ocupa la arquitectura virtual: datos y programas. La teoría de Mill podría cristalizarse vía fusiones en el territorio digital que debiliten más al Estado (Facebook planea su criptomoneda). La hipótesis tecnofeudal ve en la lógica depredadora de los lores digitales --surgidos no solo de la iniciativa de un emprendedor sino del nexo con el Estado vía contratos militares-- una tendencia al megafeudo global. Un trillonario podría zamparse Google, Apple, Facebook, Microsoft, Amazon, Twitter y Uber apoderándose de casi todos los datos de la humanidad. Y sujetarla por siglos a una servidumbre digital consentida: sería la paradoja del feudalismo de un solo feudo en un mundo robotizado con pocos vasallos supervisando a siervos pauperizados que se sienten libres, ansiosos por seguir jugando.

viernes, 28 de septiembre de 2018

Por qué Durkheim?

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¿ Por qué Émile Durkheim ?
Émile Durkheim fue parte de una generación que vivió la guerra franco-prusiana y la Comuna de París. Supo leer cómo los motivos de la Revolución de 1789 se repetían a lo largo del siglo XIX y confió en que la ciencia podía revisar esa recurrencia para evitarla.
En ese marco sostuvo que los grupos sociales son algo diferente a la mera suma de las individualidades que los conforman. En otras palabras, si el todo es más que la suma de las partes, es posible una ciencia nueva que lo estudie más allá de los aportes que pueda ofrecer la psicología. Por entonces, las multitudes corporizaban ese fenómeno y eran vistas tanto con temor como con fascinación, por parte de políticos y científicos. Durkheim evitó ambas actitudes. Hizo de la sociología la ciencia que estudia esos hechos que se producen en y por los grupos, con autonomía relativa de sus miembros: los hechos sociales. 
Ahora bien ¿por qué seguir pensando con Durkheim? Probablemente porque desde fines del siglo XIX, su sociología propuso una mirada para explorar ciertos fenómenos sociales que marcaron las centurias siguientes. El primero de ellos fue el impacto de los cambios que trajo consigo el mundo industrial y capitalista. Con éste han quedado atrás las semejanzas que nos unían en comunidad, para abrirse paso un universo de progresivas diferencias: la moderna sociedad. Esas diferencias se han desplegado gracias a la creciente división del trabajo, fenómeno que nos vuelve tanto más interdependientes, aún cuando podamos distinguirnos cada vez más entre nosotros. 
En segundo lugar, esa heterogeneidad social trajo consigo dificultades, cuyo síntoma Durkheim avizoró en el crecimiento patológico de las tasas de suicidio en la Europa de entonces. Lejos de reducirlo a un fenómeno psicológico de índole meramente individual, le reconoció causas sociales: las dificultades que las sociedades tienen para regular la vida colectiva y estimular la integración de sus miembros. Para paliar sus nocivos efectos lo mejor era recrear el protagonismo de los grupos profesionales. Desde asociaciones de trabajadores hasta sindicatos, estos grupos podían integrar y contener de manera ciertamente más eficaz, la heterogeneidad que el mundo del trabajo sembraba entre las personas. En ellos vio una correa de transmisión para nutrir la democracia, a la que consideraba la forma de gobierno más acorde a nuestra época. En ella es donde el Estado mejor puede pensar a la sociedad y clarificar a sus ciudadanos la lógica de los procesos sociales que su espontaneidad no revela. Gracias a esa comunicación, el ciudadano puede comprender la razón de ser de las leyes que rigen la vida colectiva, pensando la libertad como la conciencia de los límites que acarrea saberse partícipe de una colectividad. La sociología ayudaría al Estado para que esa conciencia se forje desde la infancia en las aulas.
Finalmente, Durkheim advirtió que la vida colectiva no puede recrearse si no es a partir de un magma de creencias y representaciones comunes, cuya existencia es imposible sin que se desplieguen ciertas formas de lo religioso. Con independencia de la verdad o falsedad que encierren, las religiones ofrecieron y ofrecen una explicación del mundo que hace que los individuos actuemos colectivamente en él; nos mueven a la acción. No casualmente, en sus últimos textos, Durkheim gustaba decir, matizando enunciados previos, que la sociedad existe cuando los individuos actúan en común. En un tiempo como el nuestro, de virtualidades y posverdad, de mutación de los fenómenos religiosos y políticos ¿qué creencias nos llevan a actuar conjuntamente?, más aún, ¿qué es actuar en común? Si Durkheim no nos calma hoy con sus respuestas, sin duda nos inquieta ayudándonos a renovar el horizonte de nuestros interrogantes.

viernes, 29 de junio de 2018

ENCONTRAMOS LA SOLUCIÓN Para todos aquellos que no quieren paros ni piquetes, les dejo formulario modelo:

YO......................................., DNI.......................... DECLARO que estoy absolutamente en contra de cualquier coacción que limite mi libertad de trabajar. Que por ello estoy en contra de huelgas, piquetes sindicales y cualquier tipo de violencia que me impida el libre desplazamiento y acceso a mi puesto de trabajo. Que por un ejercicio de coherencia con esta postura y, como muestra de mi total rechazo a la conculcación de esas libertades,

EXIJO

1) Que se me retire el beneficio de la jornada de 8 horas, dado que este beneficio se obtuvo mediante huelgas y piquetes, que se me aplique la jornada de hasta 15 horas vigente antes de la obtención de este beneficio.

2) Que se me retire el descanso semanal, dado que este beneficio se obtuvo mediante huelgas y piquetes, que se me aplique la obligación de trabajar de lunes a lunes.

3) Que se me retire el beneficio de días de vacaciones, dado que este beneficio se obtuvo mediante huelgas y piquetes, que se me aplique la obligación de trabajar los 365 días del año.

4) Que se me retiren los días de baja por maternidad, matrimonio, defunción, etc., dado que este beneficio se obtuvo mediante huelgas y piquetes, que se me aplique la obligación de trabajar sin derecho a baja por estos motivos.

5) Que se me retire el beneficio de baja por enfermedad, dado que este beneficio se obtuvo mediante huelgas y piquetes, que se me aplique la obligación de trabajar aun estando enfermo.

6) Que se me retiren las mejores de los aportes a la seguridad social y al desempleo, dado que este beneficio se obtuvo mediante huelgas y piquetes. Me haré cargo de obtener atención medica paga y de ahorrar para cuando no tenga trabajo o para el tiempo en que deje de hacerlo.

Y en general que se me retiren todos los beneficios obtenidos por medio de huelgas y piquetes, que no estén aquí contemplados.

FIRMA:

miércoles, 8 de marzo de 2017

La carrera de Sociología de la UBA: entre las 50 mejores del mundo

La UBA, entre las 50 mejores carreras de diseño, sociología y antropología del mundo

Se conocieron  los resultados del estudio QS de universidades que mide la calidad por disciplinas.

La Universidad de Buenos Aires (UBA) sigue creciendo en los rankings globales que miden la calidad de las universidades. El año pasado había quedado en el selecto grupo de las cien mejores del mundo: en el puesto 85 y liderando la región en la medición de la consultora inglesa QS. Ayer, esa misma consultora desglosó cómo está cada una de las universidades en las diversas disciplinas, y la UBA quedó entre las primeras cincuenta -de entre 4.438 universidades- en Arte y Diseño (31º), Antropología (38º), Lenguas Modernas (dentro del ámbito de Filosofía, en el 38º) y Sociología (47).

El de QS es uno de los cuatro rankings globales de universidades que se realizan año tras año, y que están ganando cada vez más influencia política y presencia en los medios. A diferencia de otros, como el de Shanghai (de China) y el CWUR (de Arabia Saudita), el rankings QS (junto al Times, también inglés) le asigna un gran peso a lo que llaman la “reputación institucional”, que está basada en encuestas de percepción. Rankings como los de Shanghai y el CWUR, en cambio, construyen sus medicioens dándole mayor peso a datos más “objetivos”, como la cantidad de profesores con premios Nobel o papers publicados.

Además de las cuatro disciplinas que quedaron en el top 50, la UBA también se ubicó entre los puestos 51 y 100 en Filosofía, Agricultura y Ciencias Forestales, Educación, Historia, Derecho, Anatomía y Fisiología. “En el 70% de las disciplinas estamos entre las cien mejores del mundo. Y esto es muy destacable en un contexto en el que la universidad pública necesita más presupuesto y se reclama por la calidad de la educación”, dice Barbieri.“Los rankings no pueden traducir en números el verdadero impacto que tienen las universidades en la sociedad. A pesar de eso, son na medida que se usa cada vez más en todo el mundo y estar tan bien posicionados es para nosotros un orgullo. En diseño, por ejemplo, estamos por arriba del Politécnico de Milán”, le dijo a Clarín Alberto Barbieri, el rector de la UBA.

Como siempre, universidades de los Estados Unidos e Inglaterra como Harvard, Oxford, Cambridge, Stanford y Massachusetts Institute of Technology (MIT) encabezan en prácticamente todas las disciplinas.La UBA no fue la única universidad argentina que figura en el nuevo ranking de QS. Hay otros casos a destacar, como la Universidad de Palermo, que quedó en el puesto 39 en Arte y Diseño. Además, las universidades nacionales de Córdoba y La Plata figuran entre los puestos 251 y 300 en Sociología, y la de La Plata se ubica, además, entre los puestos 151 y 200 en Agricultura y Ciencias Forestales.
QS elabora su “Ranking Mundial de Universidades por Temática” sobre la base de cuatro parámetros: reputación académica (basada en encuestas de percepción), reputación del empleador (lo mismo), cantidad de citas en papers científicos y, finalmente, un índice que mide la productividad y el impacto de las investigaciones, basado en los papers más citados por otros científicos y la cantidad de papers citados. QS aclara que la ponderación de cada uno de estos parámetros varía de acuerdo a la disciplina que se esté midiendo. Por ejemplo, en medicina la publicación de papers tiene una alta ponderación, que llega al 25% del ranking.

domingo, 5 de marzo de 2017

El ministro Barañao y la historia medieval

Lino Barañao dijo en la revista Noticias que el Conicet no debería financiar el estudio de la Edad Media. Propaga la idea de que el Estado invierte en una actividad ajena a los intereses del país y que solo sirve para el goce hedonista de los medievalistas. 
La opinión es vulgar y trillada; lo insólito es escucharla en boca del ministro de Ciencia. Como integrante del Conicet dedicado a la historia del Medioevo, materia que a su vez enseño en las universidades de Buenos Aires y de La Plata, me siento interpelado. La circunstancia exige algunas consideraciones.
Del feudalismo se originaron el modo de producción capitalista, el régimen político moderno, la sociedad civil, el sistema parlamentario, las condiciones del racionalismo, las comunas, las luchas sociales (entre ellas las luchas antifeudales), la forma de familia que hoy se encuentra en crisis, la Iglesia, la religiosidad moderna, la discriminación de las minorías confesionales, el préstamo y los bancos, las primeras configuraciones nacionales y el colonialismo. Prácticamente todas las determinaciones cardinales de nuestro mundo derivan de la Edad Media.
Hegel decía que el estudio del pasado se inicia en el presente. Indicaba así la íntima relación entre aquello que, en palabras de los lingüistas, se ha denominado análisis sincrónico y análisis diacrónico.  Con esto se pretende decir que estudiar la situación actual argentina (que el ministro avala) presupone estudiar una historia que no se inició en 1810 sino que se remonta a mucho antes, a la conquista española, y más allá a la Edad Media. Ese estudio es indispensable si se pretende acceder a los fundamentos de la cuestión actual y con ellos a un pensamiento crítico que el gobierno ya condenó.
De los aportes que dio La Edad Media, uno de ellos, las condiciones de posibilidad del racionalismo, es muy apropiado para lo que aquí se comenta. Se sabe que miembros de la jerarquía eclesiástica procuraron impedir la difusión del aristotelismo (y Umberto Eco hizo del tema un cautivante best seller). Entre otros, el obispo de París Étienne de Tempier prohibió en la década de 1270 la enseñanza de las tesis aristotélicas; los universitarios se protegieron defendiendo su autonomía (apelaron a la huelga, que fue otro invento medieval), y lograron que a fines del siglo XIII el aristotelismo se impusiera en los medios intelectuales europeos. A lo largo del tiempo otros obispos (religiosos o profanos) pretendieron dictaminar sobre lo que se estudia, y en ellos se descubre al linaje de Barañao. La estrategia de los científicos argentinos debería ser la de sus colegas medievales: defenderse contra la intervención de este prelado del siglo XXI.
Hay otras cuestiones en danza. 
Eric Hobsbawm, un historiador que posiblemente el ministro desconoce pero que ha sido uno de los más notables del siglo XX, dijo que los medievalistas habían renovado muchas veces el estudio de la historia. Pensaba en el papel de Michael Postan en Inglaterra y en el de Marc Bloch en Francia. En nuestro país se dio una situación análoga. El estudio riguroso del documento (con apoyo en la filología) lo inició en la Universidad de Buenos Aires, a principios del siglo XX, el medievalista italiano Clemente Ricci, tarea que fue continuada desde 1943 por otro medievalista emigrado y mundialmente famoso, Claudio Sánchez Albornoz. La renovación de la historiografía argentina en los años 1960, con la introducción de un enfoque social no positivista, se debió a José Luis Romero, que fue un extraordinario medievalista, y el más eximio conocedor de la historia argentina en la última centuria, Tulio Halperin Donghi, realizó su doctorado estudiando los moriscos valencianos del siglo XVI. Con su tesis inauguró en el país la historia económica y social centrada en una región.
Los casos citados muestran que el medievalista alimenta reflexiones, aunque él mismo se nutre de historiadores de distintas épocas, de científicos sociales, de literatos o de filósofos. Hace lo que hace todo científico. Posiblemente el ministro Barañao no diría las cosas que dice si conociera estas cuestiones o si supiera que Einstein elaboró su teoría de la relatividad leyendo a Platón, Hume, Spinoza, Kant, Mach y Russel. Sabría entonces que la ciencia es ante todo una atmósfera múltiple que respiran quienes la comparten.
Conjeturo que estas reflexiones no  lo conmueven. Se presenta a sí mismo como un hombre práctico con ansiedad por el rendimiento monetario, y no dejó de viajar hacia el lugar donde podía obtener mayores beneficios (no por nada cuando se lee a Tácito hablando de los tránsfugas romanos que se iban con los bárbaros uno se acuerda del Lino apresado por sus impulsos terrenales).  Ahora pertenece a un gobierno en el cual esas preocupaciones monetaristas están a la orden del día, y no descartemos que en compañía de muchos gerentes de empresa haya avivado su inclinación natural. No obstante si la cuestión es ésta, las apariencias lo engañan. Debería evaluar al respecto cuantas divisas le redituaron a Francia la famosa pareja de Sartre y Simone de Beauvoir o los estructuralistas de los años 1960 y 1970. Algo similar es posible señalar sobre Borges, que seguramente le ha proporcionado al país más riquezas culturales y económicas que las que le dieron las aplicadísimas investigaciones del ministro Barañao.
A propósito de Borges. Un libro de Silvia Magnavacca, investigadora del Conicet, pone de manifiesto la sabiduría que atesoraba en filosofía medieval. Su lectura le evitaría al ministro exponer su torpeza, aunque se le opone un escollo insuperable: la profesora Magnavacca escribió una obra demasiado elevada para la estatura intelectual de Barañao. 
Este último ejemplo nos revela, una vez más, la intrínseca relación entre distintas prácticas científicas y culturales.  En esa unidad que logra la praxis el medievalista argentino tiene su papel; esperemos que la escasa cultura de un funcionario no elimine esa participación.  
* Profesor de Historia Medieval en la Facultad de Filosofía y Letras de la UBA e investigador del Conicet. 
https://www.pagina12.com.ar/22812-el-ministro-baranao-y-la-historia-medieval


martes, 12 de mayo de 2015

Con 44% de ateos Holanda convirtió sus iglesias en librerías


http://diariocorreo.pe/miscelanea/con-44-de-ateos-holanda-convirtio-sus-iglesias-en-librerias-585243/#.VVFMzFpyxC0.facebook

Esto viene sucediendo desde 2013 en Holanda, uno de los países más felices del mundo, sus habitantes han decidido convertir sus iglesias y a los templos en pubs, cafeterías, librerías e incluso lugares para conciertos.
Varias iglesias en Holanda han sido remodeladas para ser lugares de entretenimiento y recreación. El motivo es la falta de presupuesto para mantener dichas construcciones antiguas y la disminución de creyentes que cooperen. El 44% de la población son ateos. Mientras que los católicos ocupan el 28% los protestantes el 19%, los musulmanes el 5%, y los fieles de otras religiones el 4% de la población.
Estos lugares suelen ser impresionantes y sobrecogedores, como la librería Selexyz, que fue construida en la iglesia de Maastricht. Ésta se encuentra ubicada en un edificio de más de 800 años, fue construida bajo un estilo gótico perteneciente a la orden de los dominicos. Desde 1976 ha tenido diversos usos, tales como estacionamiento de bicicletas pero desde el año 2005 la iglesia pasó a ser una librería.
Asimismo, una iglesia construida alrededor de 1880 en Amsterdam con estilo neo romántico se convirtió en Paradiso, un lugar para el rock, el pop y sonidos internacionales. En Holanda es conocido como el templo del pop de Ámsterdam. Se hizo de renombre tras presentaciones de artistas de fama mundial como Pink Floyd y Captain Beefheart. La sala se encuentra en el Weteringsschans, cerca de Leidseplein. Actualmente la visitan 1500 personas principalmente los amantes de la música.

Imágenes de la Nieuwe Kerk (Iglesia Nueva) en Amsterdam, 2016






martes, 13 de mayo de 2014

Pibes “bien” que salen de caño (sistema penal juvenil e impunidad clasista)

http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-245915-2014-05-10.html

Pibes “bien” que salen de caño
(sistema penal juvenil e impunidad clasista)

El autor, defensor oficial del Fuero de Responsabilidad Penal Juvenil de La Plata, muestra cómo el sistema punitivo otorga un trato desigual entre jóvenes de clase media y otros de clase baja.






 Por Julián Axat

Esa noche salimos a cazar negros / cerca de la villa del Bajo.Le dimos paliza a una parejita de quince. / Me acuerdo bien / porque fue la primera vez que probé culo.Santiago Llach

El hecho es el siguiente: durante un turno como defensor juvenil recibo un llamado policial al teléfono de guardia que me avisa que un grupo de adolescentes acaba de intentar abusar sexualmente de una joven que caminaba por la calle a altas horas de la noche. En principio, luego de un forcejeo, la joven sorprendida en la noche logra escabullirse y avisa al 911 desde su teléfono celular. La policía realiza un operativo e identifica el auto. Lo detiene. En la requisa encuentra envoltorios con marihuana, además de la característica dada por la víctima sobre los jóvenes. El automóvil es de alta gama, con vidrios polarizados. Ninguno de los adolescentes tiene carnet de conducir. Trasladados a la comisaría, esperan ser atendidos por un abogado. Pero antes de que llegue a la comisaría, para mi sorpresa, me llaman nuevamente y el oficial de servicio me explica que ya no es necesaria mi presencia, que el criterio del fiscal ha sido liberarlos de inmediato, “... el fiscal no pedirá la detención por el momento, y acá están las familias que ya mandaron a llamar a un abogado”. Los condimentos del caso (de los que más tarde me iba a enterar) eran más o menos los siguientes: la víctima era una supuesta prostituta, los adolescentes eran amigos y se conocían de una escuela privada, el padre de uno de ellos era un conocido empresario. El caso fue archivado poco después.
Hechos como el relatado son más comunes de lo que parece y constituyen una forma de comportarse del sistema punitivo. Durante años presté mucha atención al delito juvenil cometido por adolescentes hijos de los sectores medios de la ciudad de La Plata (graves accidentes con el auto sacado a los padres y bajo el efecto de alcohol y otras drogas; robos agravados cometidos en banda; comercio de estupefacientes; lesiones graves y homicidios en reyertas durante salidas nocturnas, etc.). El seguimiento de estos hechos es lo que me permitió entender el funcionamiento de la selectividad inversa del poder punitivo hacia otro tipo de jóvenes (los nunca prisionalizados), pues los estudios de criminología juvenil más tradicionales focalizan la selectividad de las agencias penales desde la vulnerabilidad de sus clientes, y no desde su capacidad de defenderse de la captación.
En efecto, siempre son los adolescentes pobres de las periferias urbanas atrapados por las agencias policiales que friccionan con ellos en base a los clásicos estereotipos discriminatorios negativos (color de piel, de pelo, forma de vestirse, de hablar, posición social, etc.); pero nunca se analizan en profundidad los casos de rechazo por parte de dichas agencias cuando se presentan casos de jóvenes infractores que se salen de los estereotipos negativos. Pese a la existencia de fricción (presuntas infracciones graves cometidas por estos adolescentes), aparece en ellos la capacidad de desmarcarse de entrada y neutralizar la captación y –de ese modo– lograr impunidad y trato privilegiado. En estas situaciones, el grado de miserabilismo de las agencias penales queda expuesto más que nunca. Por eso me interesaba realizar un estudio sobre tácticas y estrategias que utilizan los jóvenes de clase media y sus familiares para no quedar vinculados con causas penales que puedan deteriorar su posición y status. Si bien en la mayoría de los casos los familiares de estos jóvenes han decidido colocar abogados particulares y estudios jurídicos costosos, he tratado de informarme sobre el trasuntar de esas causas. En algunas de ellas, he intervenido en forma circunstancial y, en alguna otra, en forma total. Durante años he ido acumulando algunos apuntes para una criminología de selectividad inversa, aquí dejo algunas de mis notas de campo, que finalizaron en una tesis de maestría:
- Mirar bien para corregir errores de entrada. En muchos casos he notado que adolescentes captados por la policía, ante una presunta infracción, reciben un trato igual, dado que poseen pautas y estilos culturales de presentarse, hablar, vestir y gestualizar que tienen los jóvenes de otros sectores (así: llevar una gorrita-visera, usar ropa deportiva, zapatillas inflables con altura, el buzo canguro con la capucha colocada, estar tatuados, usar piercing, hablar subrayando con las manos, etc.). Ocurre que, más tarde, la agencia policial y judicial hacen notar que hubo una confusión, entonces buscan una forma sutil de determinar que los estereotipos iniciales son algo aparentes y que contradicen la posición social del joven. Al presentarse la familia a dar explicaciones en las comisarías o estrados, exige un trato preferenciado que borre las etiquetas negativas. Lógicamente, esto también puede venir de la mano de uso de influencias y dádivas de todo tipo.
- La solución rápida en comisarías. He notado un aprovechamiento al máximo del margen de maniobra policial por parte de las familias a las que pertenecen jóvenes de clase media involucrados en delitos. Las tácticas de neutralización que llevan adelante el joven y su entorno en la seccional policial para favorecer una salida que evite la judicialización del caso (dádivas, presión, influencia, sobreactuación, etc.) terminan siendo las que dan una impronta al tratamiento posterior y que otorgan impunidad.
- La empatía de los peritos. He notado una utilización sesgada de informes psicológicos y ambientales que tratan de explicar y “justificar” las conductas desplegadas por estos adolescentes involucrados en delitos, como algo atípico y excepcional en sus vidas, de manera de convencer a los jueces de que se trata de un desvío de cauce “corregible”. Se resaltan el hábitat, las condiciones de vida, etc. Advierto una empatía de los peritos oficiales, modificando el sesgo tradicional que utilizan con los clientes de selectividad cotidiana, a los que –a través de sus informes– confinan con etiquetas y frases lapidarias.
- Esto se arregla en privado. Los policías y funcionarios judiciales reciben en sus despachos a las familias de estos jóvenes en forma previa a las audiencias y actos en los que se determinará la resolución del caso y aconsejan salidas y soluciones, pero que no se note en público cuál fue el consejo.
- Salidas alternativas, nula prisionalización y absolución. En los casos que he observado, no he advertido situaciones en las que adolescentes pertenecientes a estos sectores sociales hayan quedado privados de la libertad o incluso que hayan pasado por un juicio. Se realizan suspensiones de juicio a prueba, se ofrecen altas sumas de dinero para reparar los daños o compensar a víctimas, etc. Dado que el decreto ley 22.278 permite eximir de pena y reducirla al mínimo, transcurrido un año sin mal comportamiento, los jueces absuelven de pena en delitos graves. Algo que muy pocas veces ocurre con otros jóvenes, que son prisionalizados de entrada, se les rechaza cualquier salida alternativa, son juzgados y pocas veces acceden a la cesura y absolución de la 22.278.
Como vemos, el sistema punitivo juvenil formal tiene contacto con diferentes sectores sociales, pero su poder de selectividad se escabulle y funciona en forma distinta según esos sectores. Se las rebusca para tratar de confeccionar recorridos paralelos para aquellos que no considera que deben transitar por su seno, o directamente transitarlo en una “forma especial”. Es decir, el otorgamiento de un trato desigual en igualdad de circunstancias (formales) entre jóvenes de clase media y otros de clase baja. El trato ocurre lo más solapado posible para no exponer la empatía de clase de la agencia judicial, aunque –para un nativo no incauto– se torna grosero en los hechos. La diferencia los casos sirve –en el fondo– para generar contraste con los casos cotidianos, donde “la media” de los jóvenes resulta vulnerable y vulnerabilizada por el propio sistema punitivo. De modo que la gestión “discriminante” de la circulación de la sospecha (policial-judicial) se perfecciona en el campo por memoria de su fricción selectiva inversa. Este esquema lleva a que las reincidencias de desvío en los casos de adolescentes que se convierten en personas adultas pasen a ser una clara demostración del fracaso de los sistemas penales para la infancia como prevención general, por el marcado uso de selectividad clasista de burocracias judiciales autoritarias (algo muy común en los sistemas penales juveniles latinoamericanos).
La desigualdad en la aplicación de la ley penal entre sectores sociales es una construcción de una cultura policial y judiciaria, con énfasis en el populismo punitivo, y que por sentir empatía “de clase” con lo mismo que pueda estar siendo juzgado, genera recorridos y tácticas de rechazo-neutralización desde adentro, que hacen permeable y facilitan la impunidad para aquellos sectores a los que –los jueces– se sienten pertenecientes. Por eso la selectividad punitiva debe explicarse como revancha social de una estructura reproductora de las diferencias. Por eso la criminología hoy debería pensarse más como criminología de las técnicas de neutralización de los sectores opulentos que de la ya clásica criminología de los pobres. Y los legisladores, cuando diseñan leyes, deberían pensar estos problemas.


sábado, 15 de octubre de 2011

sábado, 20 de agosto de 2011

ESTÁN POR TODOS LADOS

Los oledores de tragedias están
por todos lados
se levantan a la mañana
y empiezan a encontrar las cosas mal.
Y se sumergen en la rabia,
una rabia que dura hasta
que se van a la cama,
e incluso ahí se retuercen en su insomnio,
incapaces de sacar de sus mentes
los pequeños obstáculos
que han hallado.
Se sienten en contra, es un complot.
Y por estar constantemente
furiosos sienten que
siempre tienen razón.
Los ves en el tráfico
tocando bocina como salvajes
ante la más leve infracción,

puteando, desparramando sus insultos.

Los sentís en las colas de los bancos,
de los supermercados, de los cines
presionan en tu espalda
te pisan los talones
están impacientes por una furia.

Están por todos lados
y en todas las cosas,
esas almas violentamente infelices.
En realidad están asustados,
como siempre quieren tener razón
fustigan sin cesar...
es un mal, una enfermedad de esa raza.


El primero de ellos que vi fue mi padre
y desde entonces he visto mil padres
malgastando sus vidas en el odio,
arrojando sus vidas al pozo ciego
y gritando enloquecidos.-